martes, 11 de junio de 2013

Es apenas un instante,
un momento, un segundo…
en el que uno equivoca el camino.
A partir de ahí, cada paso que
damos nos aleja cada vez más
de nosotros mismos. 

A veces no tenemos conciencia de los
errores que cometemos, apenas una
sensación, una pequeña voz interior
que nos dice: algo está mal.
Y aunque esa vocecita está ahí,
seguimos adelante, ignorándola,
equivocándonos casi a conciencia.

Lo ves venir, sabés que eso que estás
por hacer va a cambiar todo.
Así y todo, lo hacés.

Ya te equivocaste, ya te fuiste,
ya te perdiste… ya te traicionaste.

Te mirás al espejo y ya no te reconcés.
Hay otro que te mira y te pregunta:

¿Dónde fuiste? ¿Dónde estás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario