domingo, 14 de julio de 2013

Flotando en el viento

   Cuando no sabes a donde vas, cualquier camino puede servir.
   Dan miedo, los cruces de camino, da miedo partir, da miedo volver.
   Las preguntas, las respuestas, dan miedo.
   Si no sabes hacia a donde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el viento o en el agua.
   A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar por el viento.
   Para que un d
ía nos queden los recuerdos de todo lo que pasamos, las amistades, los amores, las idas y las vueltas.
   Para poder hacer todo eso, es necesario no temerle a partir, ni a volver. Porque estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos a donde ir, hay que dejarse llevar.

   El viento lleva, y a la vez trae. El viento nos puede llevar a lugares insospechados y así iremos a donde debemos ir

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